Algún que otro gin tonic navega a la deriva por los kilómetros de venas que componen su cuerpo. Hunde los pies en la arena y clava las rodillas. Despacio se sienta sobre la parte trasera de sus piernas y, con el murmullo del mar y el vaivén de los barcos en el horizonte, ve caer el día. En milésimas de segundos, hace balance de lo que ha vivido. No sabe qué va a pasar, pero pasará. Como todo, pasará. Al final, después de pensarlo mucho, ha decidido contarle aquel secreto que había guardado durante años. Se sumerge en una marea en calma: sabe que el tiempo no sana el remordimiento.
Qué bonito Lucis, me encanta ________________________________
¡Gracias, amiga!
Sigo opinando que aunque corto, el relato muy bien hecho , buena literatura y la locución espectacular.
Que bonita voz Lucía, no me canso de escucharte. El relato muy bien trabajado.
Sigue con esto y así podremos disfrutar los que te seguimos.
¡Qué bonito 😍!
¡Muchas gracias, Esther! Un abrazo.