Hasta perderlo todo

No todo van a ser textos bonitos. Escribí este microrrelato para el concurso de Relatos en cadena que organiza la Escuela de Escritores y la Cadena Ser. No gané. Como con tantos otros que iré publicando.

Soy muy de participar en sorteos, sobre todo en  Instagram y en los que se pueden ganar viajes o cenas. Tampoco los gano. Bueno, a decir verdad he ganado dos: en uno me tocó una maravillosa funda para libros que utilizo mogollón de la marca Mindi Shu y que hace unas cosas maravillosas; y el otro fue un pack de productos del pelo para niños. Hasta me preguntaron si tenía niña o niño. Dije que niño porque el pack de niña era rosa y es un color que aborrezco. Le regalé el set de limpieza capilar a una amiga…

No sabría decir de dónde salió la inspiración para este Meraki. Es cierto que cuando lo escribí estaba con un relato que hablaba sobre la soledad y la pérdida, por lo que creo que de ahí apareció esto. También el que ya publiqué titulado La vecina del carro. Todos relacionados.

En el relato en el que estaba trabajando, aparece un jarrón, una pieza muy significativa para la protagonista. Aparece un perro, Gus, su fiel amigo que nunca la abandona. Y hasta ahí puedo leer. Ahora escuchen y lean ustedes.

No había flecha que le pudiera hacer daño, ya ni siquiera el miedo o la culpa. Se sentía como ese jarrón que llevaba días hecho añicos en el suelo: rota.

La perdió hace tiempo, lo perdió todo en un descuido. Al menos tenía a Gus, pero llegaba a envidiarlo tanto cuando se echaba sobre sus pies… notaba el latir de su corazón: éste latía con sentido. Cogió un fragmento del jarrón y, despacio pero con fuerza, lo hundió sobre la muñeca izquierda, arrastrando en dirección a la parte posterior del codo. Esto tampoco le hizo daño. Por fin se iba a reunir con su hija. 

2 comentarios en “Hasta perderlo todo”

  1. El relato está bien pero muy triste. No me gusta las lecturas que producen tristeza, bastantes preocupaciones y problemas surgen en la vida como para entristecernos con la lectura.
    La locución como siempre, buenísima

  2. No se si te he hecho comentario en alguno de tus micro relatos publicados. No he considerado oportuno hacélo pues, como madre tuya que soy, pudiera caer en el error de no ser objetiva, en este si me voy a atrever.
    Escribes bastante bien con una buena literatura pero este micro relato no me ha gustado nada, es muy triste y eso que refleja hasta donde puede llegar el amor que una madre siente por su hija.
    La locución siempre bien, ya sabes que he sido la que más te he apoyado con respecto a tu voz.

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