Aún no ha llegado el verano, pero las temperaturas con las que vivimos bien podrían ser de pleno julio. En las noches calurosas y después de unas cervezas con los amigos, en el relax de la terraza de casa empezamos a hablar sobre la vida, arreglando el mundo. Entre esos arreglos salió, como tantas otras veces el tema de «si te toca la lotería, ¿dejarías de trabajar?«. Tenemos asociada la remuneración económica al trabajo. Cuando hablamos de trabajo nos referimos a una actividad a la que, diariamente le dedicamos unas horas y nos pagan por ello, pero ¿por qué consideramos eso un trabajo y aprender inglés se considera actividad de ocio?
Aquella noche en la que empezamos a fantasear con la idea de ganar la lotería, muchos decían que dejarían de trabajar y se dedicarían a vivir: despertar con la calma, entrenar, pasear, viajar. Yo estaba de acuerdo en todas esas actividades, pero añadí que no dejaría de trabajar. Sí, dejaría el trabajo que me paga las facturas, el alquiler y los caprichos, pero no dejaría mis clases de interpretación, de canto e incluso me apuntaría a tantas otras cosas que me gustaría aprender y descubrir: seguiría trabajando en mí.
Mis jornadas pueden llegar a acabar a las doce de la noche, hago varias actividades durante la semana (unas remuneradas económicamente y otras no), y considero que todas ellas son un trabajo, bien porque me proporcionan una satisfacción económica o bien por satisfacción personal. Y contestando a eso de «¿y tú que harías si te tocara la lotería?», mi respuesta es: tomar, al cien por cien, las riendas de mi vida.
No duermo por las noches. El insomnio parece haberse instalado silencioso y molesto en mi habitación. Sé que fui yo quien lo invitó. Sí, lo invité cuando dejé de coger las riendas de mi vida.
Esto suele ocurrir cuando uno abarca más de lo que puede. En la vida hay que dar prioridades y aunque nos apetezca hacer muchas cosas hay que saber elegir.
Este micro relató me parece a mi que es más una reflexión que una pequeña historia. Te animo a que los alargues un poco más, me gusta como escribes pero sabe a poco.