La RAE define la palabra impertinencia de la siguiente manera:
- 1. f. Dicho o hecho fuera de propósito.
- 2. f. Importunidad molesta y enfadosa.
- 3. f. p. us. Susceptibilidad excesiva, nacida de un humor desazonado y displicente.
- 4. f. desus. Curiosidad, prolijidad, excesivo cuidado de algo. Esto está hecho con impertinencia.
Hace unos días, una persona me dijo «cómo se nota que no tienes hijos», refiriéndose a que, según ella, tenía tiempo para hacer cosas. Mi respuesta fue: «no, no tengo hijos, pero tengo otras cosas que son tanto o más importantes para mí que tus hijos para ti». Me pareció una gran impertinencia por parte de esa persona, ya no solo porque esa afirmación lleva cierta connotación de superioridad moral, algo que en teatro se llamaría suplemento de dignidad, es decir, que por el hecho de haber sido madre, eso le da más importancia como ser humano frente a quién no lo es.
Esta situación me llevó a pensar en la cantidad de veces que me han hecho preguntas impertinentes que te obligan a seguir lo común de la vida, lo estipulado por la sociedad y casi lo obligado por ella, porque si no sigues esa linde, no eres feliz. Preguntas que me parecen hasta una falta de respeto.
Tres cuestiones que jamás se deberían hacer, por mucha confianza que tengas con esa persona: ¿Y para cuándo la boda? ¿Es que no quieres tener hijos? y eso de ¡A ver cuándo te echas novio!
Analicemos cada una de ellas. ¿Y para cuándo la boda? Se toma como obligación eso de pasar por la vicaría. Parece que cuando tienes pareja es necesario firmar un papel que os une en matrimonio, como si eso de casarse fuera gratis, claro que tal y como están planteadas las bodas hoy en día, a quiénes le sale caro es a los «invitados». Por eso creo, o quiero creer que esta pregunta está cada vez más en desuso.
¿Es que no quieres tener hijos? Es una pregunta que solo, solo, solo nos hacen a las mujeres. Pero lo mejor de todo es cuando añaden eso de «se te va a pasar el arroz«. A un hombre jamás le harían esta pregunta, lo que me lleva a indignarme más porque parece que una mujer no puede ser feliz si no es madre, porque la misión de la mujer en esta sociedad es continuar con la estirpe, porque si no eres madre eres menos mujer. Detrás de cada una hay una historia, hay unas razones y unos motivos. No sabes, por ejemplo, si esa mujer a la que le estás haciendo la pregunta está intentándolo sin éxito, si en un pasado tuvo algún problema que le impide ser madre o si considera que traer vida a este mundo supone una responsabilidad que no quiere asumir, ya que criar y educar no es un juego. Y esta decisión es tanto o más válida que la decisión de aquellos que tienen hijos porque es lo que toca. Que tienen unos hijos que los dejan en el colegio a las ocho de la mañana y cuando vuelven a casa esos críos ya están dormidos; que tienen hijos bajo la premisa de estar acompañados toda la vida y por miedo a quedarse solos.
Y la última, que a veces es pregunta, ¿por qué no te echas novio? Y otras es afirmación, ¡a ver cuándo te echas novio! Esta es mi favorita porque también lleva implícito eso de que si tienes pareja eres más feliz. Y es realmente lo que nos han vendido, el «fueron felices y comieron perdices». Al hacer esta pregunta/afirmación no sabes si esa persona tuvo en un pasado alguna relación traumática, desagradable, una relación desilusionante o simplemente no consigue encontrar a una persona con la que viva en equilibrio y que se compenetren, sean amigos, cómplices, que se admiren, y tal vez eso le está produciendo frustración porque quiere, pero no la encuentra.
Ante todas estas preguntas, creo que siempre hay que contestar con un «porque no me sale del c***», así sin más explicaciones, porque si no eres así de tajante viene la repregunta ¿y por qué? Una amiga me contaba una vez que sus amigos del pueblo, los cuales ya tenían una prole de hijos cada uno, no hacían más que preguntarle que cuándo iba a tener ella. Un día se le hincharon las narices y contestó: «no puedo tener hijos«. Aquella persona jamás volvió a hacer una pregunta impertinente.
Estas tres preguntas forman parte de la vida privada de cada uno y siempre hay unas razones detrás, buenas o malas, y no debemos juzgar ni cuestionar, ni siquiera entender, simplemente respetar.- Puedes suscribirte a mi perfil de Qultu y disfrutar de un microrrelato cada semana.
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Efectivamente tienes razón que hay preguntas impertinente y que no se deberían hacer, pero no son solo esas tres preguntas hay muchísimas más. Preguntar la edad, muy común y corriente, preguntar por el salario o por tu situación económica, y alguna más que en estos momentos no me vienen a la mente, pero para mi es peor la persona que en una conversación y sin preguntar te va sacando todo. En definitiva somos cotillas y nos gusta saber de la vida de los demás.
También considero, referente a las tres preguntas que apuntas, dos de ellas no me parecen tan impertinente simplemente te las hacen por mero diálogo, y la que si está muy, muy fuera de lugar es la de tener hijos , ahí si que te doy toda la razón esa pregunta, nunca, nunca se debería hacer.